Los museos ofrecen experiencias, ideas y satisfacciones que no pueden encontrarse en otros lugares.
Neil Kotler & Philip Kotler.
La visita a un museo aporta unos activos intelectuales que no se pueden obtener por otros medios y eso es precisamente lo que hace la experiencia museística de necesaria existencia, justificándose en ello tanto la propia visita como los especiales recursos dedicados a crear museos y exposiciones. Como cualquier otra experiencia intelectual relevante, la vivencia que ofrece el museo de ciencia se caracteriza por su singularidad respecto de otras experiencias intelectuales posibles versando sobre las mismas temáticas.
Se identifican a continuación los recursos comunicativos propios de una exposición con los componentes de un lenguaje de pleno derecho; un lenguaje que tiene la categoría de cualquier otro lenguaje y que cuenta con sus propias capacidades diferenciadas: el lenguaje museográfico. Este lenguaje dispone de una serie de recursos propios y característicos —y en muchos sentidos incluso endémicos— que son lo que hace que valga la pena visitar una exposición, ya que ello aportará algo intelectualmente distinto y complementario respecto de lo que pueden aportar otros medios de comunicación. Se realiza este planteamiento como alternativa a la idea de que una exposición sea acaso sólo un poutpourri más o menos afortunado de recursos procedentes de otros lenguajes, pues se trata de identificar la experiencia intelectual en el museo o exposición con su máximo grado de singularidad, a fin de hacerlo indiscutiblemente necesario e imprescindible en el contexto de la sociedad actual.
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